Elegí formarme como Constelador para sanar tanto mi sistema de origen como el adoptivo. A lo largo del tiempo, las constelaciones me han permitido vivir en coherencia y afrontar experiencias difíciles, como el confinamiento, con gratitud. Este proceso me ayudó a reconocer y liberar patrones del pasado, conectándome con una guía interna que me apoya en momentos de duda. Hoy, me siento presente y en paz, renunciando al control y confiando en este camino, que ha sido una de las mejores decisiones de mi vida.

La primera vez que vi a Marita, me impresionó su forma de explicar las constelaciones, lo que me llevó a asistir a sus talleres y aprender una nueva perspectiva. Me impactaron especialmente las frases sanadoras y empecé a usarlas con mis pacientes, aunque me surgió la duda de si estaba intruyendo en su proceso. Consulté con Marita, quien me animó a formarme. Aunque apenas estoy comenzando en este camino, he notado que lo poco que he podido compartir con mis pacientes ha sido valioso para ellos y ha enriquecido mi servicio.

He participado en sesiones grupales con Marita, donde he encontrado movimiento y resolución en varios temas. Su coherencia y experiencia crean un ambiente seguro y armonioso. Gracias a su guía, mejoré la relación con el padre de mis hijos y comprendí que no somos víctimas del destino, sino que tenemos los recursos para cambiarlo. Recomiendo evaluar al constelador antes de constelar, y Marita es totalmente coherente.